domingo, 16 de mayo de 2010

"Soy un gato", de Natsume Sôseki


Podría limitarme a decir que se trata de un novelón, la gran obra de la literatura japonesa del siglo XX, el perfecto retrato de la sociedad nipona en la Era Meiji y todos esos epítetos, pero me gustaría extenderme un poco más, porque la obra lo merece. Tal vez sea la excesiva buena predisposición con que emprendí la lectura de este libro, pero la verdad es que pocas obras me han impresionado tanto en los últimos años como ésta.

Pocas veces se podrán leer obras que ofrezcan un retrato tan certero y a la vez tan poco amable de la sociedad y la época en que fueron escritas. Y el hecho de que el narrador y testigo de ese lado más oscuro de su entorno no sea humano (un gato), contribuye a crear una atractiva áurea de falsa objetividad, una percepción de que quien nos lo cuenta es una especie de árbitro que asiste impotente al devenir de los hechos, algo similar a cuando la narración surge de boca de un niño o un loco.

Me ha encantado; no se hacen largas las más de 600 páginas que componen esta novela, que está resultando todo un éxito entre los lectores españoles, puesto que esta traducción de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés publicada por Impedimenta, que es la que yo he manejado, va ya por la 11ª edición: yo en su momento compré la segunda, que tenía bastantes erratas de imprenta y espero que hayan sigo corregidas en las sucesivas ediciones.

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