lunes, 19 de diciembre de 2011

"Adiós, Shanghai", de Angel Wagenstein


Es la última novela del escritor búlgaro Angel Wagenstein; la última de las tres que componen su trilogía dedicada al destino de los judíos de la Europa Central y Oriental a lo largo del siglo XX. Ya tuve ocasión de comentar la segunda de ellas aquí.

De muchos es sabido que la cosmopolita Shanghai fue, en tiempos de la dominación japonesa de la ciudad (1937-1945), es decir, durante la Segunda Guerra Mundial y en los años previos al conflicto, un lugar donde miles de europeos de toda condición encontraron refugio, huyendo de una muerte violenta que en la Europa de aquel entonces resultaba muy probable y que, en el caso de los judíos u otros colectivos que vivían bajo las garras de la Alemania Nazi, de probable pasaba a garantizada.

Como cabe suponer, los dominadores japoneses y sus colaboradores chinos, que eran aliados de los nazis, no acogían a estas masas de refugiados alentados por un espíritu solidario o humanitario. Muy al contrario, en ellos veían una abundante y sumisa mano de obra a la que se podía explotar y manipular sin apenas resistencia, por carecer de recursos económicos y tener que aceptar las condiciones de trabajo que fuesen pero, sobre todo, por vivir permanentemente bajo el miedo de ser expulsados de Shanghai y devueltos al yugo nazi. Pero por supuesto, no todos aquellos refugiados aceptaban de buen grado tan humillante y precaria situación y se esforzaban por seguir haciendo a su manera la guerra contra los regímenes totalitarios que pretendían regir el destino de todo el planeta.

Y en esa anómala situación que se debate en un mar de paradojas, entre lo tenso y lo relajado; lo decadente y lo avanzado; lo deprimente y lo esperanzador, Wagenstein hace coexistir a un rico repertorio de personajes que sin duda son un digno reflejo de lo que allí se vivió y se sufrió. Una buena trama, con una tensión y plasticidad visual que de nuevo nos hace recordar que este autor procede del mundo del guion cinematográfico. Cabe añadir que Wagenstein no estuvo en Shanghai en aquellos tiempos (y no sé si acaso ha estado después, aunque supongo que sí). Para escribir la novela se documentó acudiendo a los archivos, a las bibliotecas y, sobre todo, escuchando los testimonios orales de quienes vivieron aquello. No es por tanto una novela de corte autobiográfico, tan típica en los autores que fueron testigos directos de los acontecimientos, sino que entra más bien dentro del terreno de la novela histórica, lo cual para mí tiene doble mérito, porque Wagenstein podría haber tomado el camino fácil y habernos contado una "batallita" sobre cómo vivió él personalmente la Segunda Guerra Mundial desde Bulgaria. Ahí se ve el enorme interés que ha puesto este autor en conseguir en su trilogía una descripción objetiva y de interés general sobre lo vivido por un colectivo humano a lo largo de un siglo, más allá del presuntuoso "¡esto es así porque yo lo viví y punto!", actitud que a veces me pone de los nervios.

Muy entretenida y educativa; como regalo de Reyes Magos no quedaría nada mal.

Yo de mayor quiero ser como Wagenstein.

El libro lo publicó Libros del Asteroide y lo tradujo del búlgaro al español Venceslav Nikólov.

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